sábado, julio 17, 2004

Potter, Beckam y la piedra filosofal.


En la Edad Media los conocimientos relacionados con las transformaciones químicas eran manejados a nivel de magia y poderes sobrenaturales por un grupo de "iniciados". En este contexto los "iniciados" o alquimistas observaron que la presencia de algunos elementos extraños en una mezcla, hacía posible la obtención de algunos productos útiles al hombre. Desconociendo la naturaleza del fenómeno llegaron a imaginar que debería haber alguna substancia que cambiara los metales comunes como el plomo y el hierro en el metal más valioso hasta entonces conocido, el oro. A esta misteriosa substancia nacida de la imaginación del hombre se le llamó la piedra filosofal. Analizando su significado se puede deducir que el vocablo "piedra" posiblemente provino de la observación generalizada de que un mineral o sustancia sólida era el causante de los fenómenos observados. El vocablo filosofal es claramente calificativo de una concepción puramente imaginativa del fenómeno. Siglos pasaron en esta búsqueda sin que se lograra transformar más que el hierro en sulfuro de hierro (pirita) al que se le conoce como el "oro de los tontos", por el brillo y color similares que este material tiene con el oro. El desconocimiento de los principios de la termodinámica clásica impidió a los alquimistas saber que intentaban llevar a cabo un proceso imposible de realizar.
 
Hoy día somos mas tontos que los tontos de la pirita. Un balón sigue siendo un balón, pero convencemos a 800 millones de que ese balón es el "balón" y ya esta desatada la candidez.
¿Cómo se consigue esto?. Sin extenderme demasiado esto responde claramente a nuestro infradesarrollo social-personal y al hiperdesarrollo de los medios de comunicación y tecnológicos con toda su ingenieria de manipulación psicológica y colectiva. Que nadie simplifique y diga que es la ley de la oferta y la demanda, esto se llama decadencia y es sintomático de que algo va mal. 


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